Por fin mi alma inquieta
Recupera la calma,
Y en la serenidad que viene
Todo el universo se contiene.
Siento la alegría de la fiesta
Y los cornetines que suenan
Anunciando campanadas de gloria.
El cielo me acaricia la frente
Y de repente tomo la pluma
Que solía ser cruel cuando te amaba.
Ahora es toda dicha
Aunque me duela
Aunque sangre.
Miro enrojecerse la tarde
Y de nuevo parto a horizontes viejos.
A lo lejos...
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